Carta especial a dos personas increíbles

La vida nos va llevando en una especie de parque de atracciones en el que vivimos muchas emociones y momentos, algunos inolvidables, donde se debe tener ciertas destrezas como: Serenidad, templanza, sabiduría y responsabilidad. Cuando se es joven dichas virtudes son difíciles de cumplir y aplicar, solo la vida y la experiencia, junto con la decisión que tomamos nos permiten cumplir nuestros propios propósitos para afrontar las realidades de la vida.

Ahora dicho esto, decirlo suena fácil, tratar de hacerlo quizás también, pero tener la dicha y posibilidad de irse formando desde temprana edad con alguien que no solo representa lo anterior, sino muchas más virtudes es magia. Puedo decir que cada día disfruto de esta magia.

He trabajado con grandes profesionales del sector de los cuales he aprendido y sigo aprendiendo, ¡Gracias! Pero en este caso quiero atribuir y dar especial agradecimiento a mi trayectoria profesional a Doña Ale (Alejandra) y a Raquel Hernández.

Hace varios años, estas dos mujeres a las cuales les estoy eternamente agradecido hicieron que amara aún más mi profesión. Con su cariño, comprensión y dedicación desplegaron mis alas de la creatividad. Sobre todo, era soñador, muy soñador, pero esos sueños se han ido cumpliendo cada día, con esfuerzo dedicación y pasión. Cada situación adversa o positiva tiene una historia detrás y en distintos lugares del mundo.