La decoloración puede ser una gran aliada cuando buscamos un cambio de look radical o aclarar nuestra melena varios tonos. Sin embargo, mal aplicada o sin los cuidados adecuados, puede convertirse en el peor enemigo del cabello. ¿Te ha pasado que después de una decoloración notas el pelo áspero, frágil, con textura de “paja” o incluso pegajoso como “chicle”? Si la respuesta es sí, no estás sola, y lo mejor: tiene solución.
¿Cómo saber si tu pelo está quemado?
Cuando hablamos de “pelo quemado” tras una decoloración, nos referimos a un daño profundo en la fibra capilar. La cutícula, que es la capa que protege el interior del cabello, queda totalmente abierta, lo que deja expuesto el córtex. El resultado: pérdida de elasticidad, rotura constante, frizz incontrolable y un aspecto opaco. Si al tocar tu melena sientes que se estira y se rompe con facilidad, que tarda mucho en secar o que no responde ni a las mascarillas más intensas, estás frente a un daño severo.
Primeros pasos: qué hacer (y qué no) las primeras 72 horas
Lo primero es detener cualquier agresión adicional. Nada de planchas, tenacillas o recogidos apretados. Evita lavar con champús agresivos o sulfatos fuertes, y olvídate por completo de cualquier tipo de coloración adicional, incluso si el tono final no te convence.
En su lugar, apuesta por una rutina de emergencia: lavado suave con co-wash o champús sin sulfatos, mascarillas ultra hidratantes (mejor si contienen aloe, glicerina o pantenol) y un buen leave-in que proteja la fibra. Seca el cabello con toalla de microfibra y, si puedes, duerme sobre una funda de satén para reducir el roce.
Plan de rescate capilar en 30 días
La recuperación del cabello quemado no es inmediata, pero con constancia puedes ver mejoras notables en tan solo un mes. En Alexis Oval recomendamos seguir el método PEH (Proteínas, Emolientes e Hidratación), alternando los tres tipos de cuidados para devolver el equilibrio a la fibra.
Empieza con productos hidratantes los primeros días. Luego, introduce proteínas hidrolizadas, como keratina vegetal o aminoácidos, para reforzar la estructura interna. A lo largo del mes, añade aceites nutritivos como argán o jojoba para restaurar la suavidad y sellar la hidratación.
Y muy importante: si notas que tu pelo necesita un extra de reconstrucción, no abuses de las proteínas. El exceso puede dejar el cabello rígido y más propenso a romperse. Aquí el equilibrio lo es todo.
Tratamientos profesionales para acelerar la recuperación
En nuestro salón trabajamos con herramientas que permiten un diagnóstico preciso, con las que evaluamos el nivel de daño, porosidad y elasticidad. A partir de ahí, diseñamos un protocolo personalizado.
Uno de nuestros tratamientos estrella es Genoma, una terapia de reconstrucción molecular que actúa desde el interior del cabello, perfecta para casos de daño extremo. También aplicamos baños de brillo sin amoníaco para devolver el color sin dañar, y recomendamos cortes estratégicos para eliminar las puntas abiertas sin renunciar al largo.
Cuidados diarios: la clave está en la constancia
Una vez que inicies la recuperación, todo suma (y todo cuenta). Lava tu cabello con productos suaves, no lo fricciones con la toalla, usa protector térmico siempre, incluso si solo lo secas con aire templado. Desenreda con delicadeza, usando leave-in y cepillos de púas flexibles.
Además, protege tu melena del sol, del cloro y de la sal con sprays con filtro UV o con gorros, y enjuágala siempre con agua dulce tras ir a la playa o la piscina.
¿Volver a decolorar? Sí, pero con cabeza
La gran pregunta tras un cabello dañado es: ¿cuándo puedo volver a decolorar? La respuesta es: cuando el cabello recupere elasticidad, fuerza y brillo. En Alexis Oval siempre realizamos test de mecha antes de repetir un proceso químico. La prioridad es tu salud capilar.
¿Necesitas ayuda profesional?
Recuperar tu melena es posible si cuentas con un plan personalizado y los productos adecuados. Reserva tu diagnóstico gratuito en Alexis Oval Ecosalón & Estética desde nuestra app o por WhatsApp, y empieza hoy mismo tu transformación. Tu pelo merece una segunda oportunidad… y tú también.